EL REFUGIO DEL ARTE
Ibiza entró en el mundo del arte con los fenicios, que se establecieron en la isla en el siglo VII a. C. Su paso dejó complejas obras de cerámica y otros objetos de fabricación manual, como unos extraordinarios huevos de avestruz pintados, que reflejaban su sofisticada artesanía. La estratégica posición que ocupa la isla hizo de ella un crisol de culturas en el que también dejaron huella romanos y musulmanes. Sin embargo, la verdadera transformación comenzó en la década de 1930, cuando Ibiza se convirtió en un santuario para artistas de vanguardia que huían de la conflictiva situación política en Europa.
Artistas como Raoul Hausmann, una destacada figura del dadaísmo, encontraron inspiración en los paisajes vírgenes y la vibrante luz de la isla. Arquitectos y modernistas como Erwin Broner y Josep Lluís Sert se rindieron a los encantos cubistas de Ibiza. Fue en esa época cuando se formó un enclave bohemio que definiría el espíritu creativo de Ibiza, convertida ya en un imán para espíritus libres con ansias de expresión artística y vida en comunidad. Surgió así un estilo que, inspirado en la artesanía local, combinaba valores contemporáneos con tradiciones milenarias en los campos de la hilatura, la arquitectura y la cerámica.
Ibiza es hoy un reconocido centro de arte y diseño, una auténtica potencia mundial en interiores, hilatura y escultura donde artesanos locales e internacionales redefinen la estética intercultural de la isla y abren modernas galerías de arte en viejas fincas de paredes encaladas. La animada escena artística y los creadores que allí trabajan demuestran que Ibiza sigue siendo un imán para los artistas: un lugar en el que antiguas tradiciones conviven con vanguardistas innovaciones para crear un paisaje artístico vibrante y en constante evolución.