OJO DE IBIZA
En el norte de Ibiza hay un lugar donde los suelos calizos poco profundos dejan paso a vertiginosas terrazas; un lugar elevado donde las viñas se inclinan suavemente hacia el mar y reciben la brisa cargada de sal del Mediterráneo. Ese lugar se llama Terrazas del Norte y allí nació Ojo de Ibiza.
En el otro lado del planeta, a los pies de los Andes, el músico, artista conceptual y empresario suizo Dieter Meier tiene más de 6.000 cabezas de ganado y una explotación vinícola en Mendoza, donde producen más de un millón de botellas al año. Meier y su familia llevaban más de 20 años visitando Ibiza cuando surgió la oportunidad de adquirir un viñedo abandonado cerca de San Juan.
El terreno, al que se llega por un antiguo camino de piedra, se alza sobre el mar al norte de Ibiza. El fino suelo arenoso concentra el sabor y la pureza de la uva. Las vides absorben por sus raíces todo el sabor de la tierra, mientras las hojas y frutos reciben el sol y el aire marino cargado de sal. Esa combinación es la que da origen al mejor vino de Ibiza.
Ojo de Ibiza produce cuatro vinos. El Terrazas del Norte original es un vino denso, concentrado y con cuerpo. Tierra Sur, un tinto más ligero del viñedo de Sant Mateu, tiene notas de hierbas y bayas negras del bosque. Blanco es un vino brillante y táctil, con un agradable toque mineral y la sutil acidez que le da la malvasía, una uva blanca a la que llaman “hija del Mediterráneo”. Rosé es un rosado de color coral elaborado con una de las variedades de uva más antiguas de la isla, la monastrell, que aporta notas de rosa mosqueta, cítricos y fresa.
La producción de vino en Ibiza es una tradición milenaria que se remonta a las antiguas rutas comerciales del Mediterráneo. Ojo de Ibiza está redefiniendo el futuro de la industria, pero aún queda mucho camino por recorrer.